¡¡Si!!

-¡Hola! – gritó Erik.
-Hola – respondí yo - No esperaba encontrarte aquí ahora.
Al verle mi corazón empezó a saltar contento y a mi se me formé un nudo en la barriga que me impedía pensar con claridad.
Era la primera vez que me pasaba esto. Era la primera vez que estaba enamorada de verdad.
-¿Te pasa algo? ¿Estás bien? – preguntó preocupado al verme con la cara contraída.
-Si, me encuentro bien. Solo estaba…perdida en mis pensamientos. Me pasa muchas veces.
-¡Tengo un regalito para ti! – dijo ilusionado - Lo he hecho yo.
-¡Oh! – me sorprendí - No hacía falta que me hicieras algo.
-Tenía que darte las gracias de algún modo y, además, así cuando lo veas te acordarás de mi. Venga, cierra los ojos.
Hice lo que me ordenó y cuando los volví a abrir me encontré con una cadena alrededor de mi cuello. De esta tenía colgado un lobo de pelaje cobrizo, con una pose muy elegante.
-Vaya… ¡Me encanta!
-¡Gracias!
-¡¿Pero es de plata?! Dios mío, ¿de verdad que lo has hecho tu?
-Si, pero no me ha costado nada. Fundí la plata de una cadena que ya no me servía y le di forma. Nada más.
-Pero a penas nos conocemos como para que me hagas un regalo como este.
-Yo te considero la mejor amiga que he podido encontrar. Aunque solo nos hayamos visto unas veces. Ja ja ja.
-Ja ja ja – nos reímos juntos.
-¿Quieres ir a dar una vuelta?
-Claro que si.
Caminamos y charlamos de muchas cosas.
Con él se me pasaba el tiempo muy rápido.
Simplemente era yo. Erik me había alegrado la vida sin darse cuenta. Sentía algo muy fuerte por él, sin tan siquiera conocerlo, pero es que no lo había podido evitar. Aunque, ¿sentiría él lo mismo por mi?

Oh, Dios, leed esta rápido y comentad si queréis. Tengo muchas ganas de publicar lo siguiente después de esto, para mi es una de las mejores partes del libro.
¡Besos y gracias!