Joo...

Cuando acabó el recreo volví a clase. Pero era como si no estuviera en ella. Pero daba igual, las matemáticas se me daban de maravilla, aunque no me gustaran.
“Con ellas me puedo olvidar de todo y relajarme. Que es justo lo que más necesito, una dosis de relajamiento intensivo”
Al final de las clases salí contenta y me dirigí a mi casa a comerme algo, pues me rugían las tripas de una forma espantosa que llamaba la atención de las personas que pasaban a mi lado.
A las cuatro y cinco minutos me fui andando hasta el sitio en donde habíamos quedado.
Cuando llegué ellas ya estaban allí en el descapotable de Valeria.
-¡Sube, vamos!
Arrancamos antes de que me diera tiempo de cerrar la puerta. Fuimos hasta un centro comercial que había pocos quilómetros del pueblo.
En la primera tienda que entramos era de ropa exclusivamente de mujer. Allí compramos muy pocas cosas. Yo solo un pantalón vaquero con efecto roto que me gustó mucho.
En la segunda que entramos no me compré nada. Todo era ropa interior muy pija que a mi no me gustaba nada.

Oh, vaya. Estoy atravesando un mal momento y posiblemente mi libro vaya a peor. Pero no os preocupéis, me recuperaré rápidamente.
Os quiero, gracias.