¡Un poco más!

Cuando llegué a casa ni mi madre ni mi padre estaban. Me habían dejado una nota en la mesa de la entrada que decía:

“Acaban de llamar del hospital ahora mismo y nos hemos tenido que ir a toda prisa, sin maletas ni nada. La abuela está muy mal y la han ingresado.
Volveremos el domingo por la noche. No te preocupes y no nos llames a menos que sea urgente.
Besos:
Mamá y papá”

“Vaya, que repentino. Esto es muy extraño. En fin, que le vamos a hacer”
Cuando leí la nota decidí llamar a Max para ver si este quería quedarse conmigo esa noche y así contarle mis planes. Y de paso pasarlo bien, ¿no?
-¿Diga?
-Maxi, soy yo, Aria. Mis padres se han ido de casa para ver a mi abuela que está en el hospital y no vuelven hasta el domingo por la noche. ¿Quieres quedarte esta noche conmigo? – pregunté – Podemos ver una película, tomar algo y además, te quería comentar una cosa muy importante para mí. Por favor.
-Mmm… - se lo pensó un instante - Está bien. Cogeré una peli en el videoclub y unos helados en el veinticuatro horas.
-OK.