Cap. 3...

-¿Qué te pasa? - me dijo una voz por la espalda.
-¡Meli! Me has dado un susto de muerte. ¿También te han traído tus padres?
-Si. Y he estado buscando a un conocido desde que llegué. Menos mal que te he encontrado. Eres mi salvavidas particular – bromeó.
-Es que yo, soy yo – dije como si fuera una estrella de Hollywood.
-Ja ja ja.
-¿Y que hacemos? -Vamos a dar una vuelta por ahí mientras charlamos.
-¿De qué? – le pregunté con desconfianza.
-De ti y…los chicos – respondió sonriendo - ¿has conocido a alguien últimamente?
-¡No me digas que no os lo conté! – se me había olvidado completamente contarles lo de Erik.
-¡¿El qué?!
- Hace unos días he conocido a un chico que llegó nuevo a la ciudad y me pidió ayuda. Se llama Erik y dentro de unos días va a cumplir los dieciocho. Y… ¡Ya somos novio!
-¿Sois novios?
-Si, ha sido un verdadero flechazo. Pero yo lo quiero. Lo siento, me olvidé de decíroslo.
-Nos lo tienes que presentar.
-Por supuesto.
Caminamos por la fiesta y charlamos de cosas como los exámenes y los chicos que le gustaban.
-¡¿Qué te gusta Max?! – me quedé a cuadros.
-Baja la voz. Si, me gusta desde hace un tiempo. Pero nunca te lo he dicho porque pensé que te gustaba a ti.
-No, yo y el solo somos mejores amigos, nunca ha pasado nada entre nosotros y nunca pasará.
-¿Me ayudarás a hacer que sea mi novio? – me preguntó. En el fondo de sus ojos se veía suplica.
-Claro, no hay problema.
-Gracias – me abrazó.
Nos fuimos a una cafetería a tomar algo – ella invitó – y allí vimos a Samantha, Val y Mery tomando ligando con unos chicos.
-¡Venid para aquí!
-Hola – las saludé yo sin entusiasmo.
-¿Qué te pasa? Ya sé que estar con Meli es un tostón, pero no te pongas así.
-¡Oye! – le respondió Meli indignada – El tostón es estar contigo.
-Tengo que contaros una cosa que se me olvidó deciros el otro día.
-¿El qué? – preguntaron curiosas.
-Tengo novio.
Volví a repetir la misma historia otra vez, pero con más interrupciones y preguntas. Cuando por fin acabé les dije:
-¿Queréis que lo llame para ver si puede bajar?
-¡Claro! – respondieron a coro.
Me fui al baño para no sentir mucho ruido al hablar por teléfono.
-¿Si?
-Erik, soy Aria. ¿Puedes bajar a las fiestas? Es que te quería presentar unas amigas.
-Eh, lo intentaré. Quedamos delante de la colchoneta rosa, la de los toboganes.
-OK. Allí en diez minutos.
Regresé junto a mis amigas.
-Vamos a la colchoneta rosa de los toboganes. He quedado con él allí en diez minutos.
Caminamos hasta allí y nos sentamos en unas sillas de madera que había puestas por todo el pueblo...