Continuación Cap.1

Me senté en un tablón de madera roto a del piso de abajo y me puse a meditar con los ojos cerrados. No me lo podía creer. No podía ser. "Todo es una mentira. Esto es un sueño" Nadie podía entender lo que era encontrarse en esa situación. Mis sentimientos no se podñian describir con palabras. Al cabo de una hora, más o menos, abrí los ojos y no pude reprimir un grito que salió desde lo más ondo de la garganta. Delante de mi había una persona extraña. No, no parecía una persona. Era otra cosa, una cosa peluda y con los colmillos afilados, pero parecía humano. Me miraba fijamente y con mucho interés. Yo lo miré y me pareció que le tiempo se congelaba. Cerré los ojos un momento confundida y los volví a abrir, pero aquel ser ya no estaba allí. ¿Cómo se había marchado tan rápido y al mismo tiempo sin hacer el mínimo ruido?
Cuando me levanté para marcharme, Max entró en la casa muy alterado.
-¡Estaba buscándote y te he escuchado gritar! He venido lo más deprisa que pude desde le otro lado de la calle.
-¡Max! - exclamé, y me abracé a él con mucha fuerza - Había delante mía un hombre muy, muy extraño - expliqué nerviosa - Era alto, esbelto y tenía pinta de poder romperme un brazo con mucha facilidad. Tenía la piel morena, el pelo castaño y sus ojos... - me temblaba la voz y a penas podía hablar - Eran preciosos, muy grandes e hipnóticos, como los de un gato. Llevaba un pantalón gris raido e iba sin parte de arriba, con el torso desnudo. Daba verdadero miedo.
-No te preocupes, será mejor que nos marchemos cuanto antes de aquí.
Sabía que en el fondo el no me creía, pensaba que eran alucinaciones causadas por el dolor.