Continuación Cap. 1

-Aria, ¿estás bien? - me preguntó Max, mi otro mejor amigo - cada día estás más...distinta, a penas, se te reconoce.
Estaba cambiada, no era yo. Había crecido y adelgazado mucho, estaba más pálida de lo normal y había dejado crecer mi oscura melena ondulada descuidadamente hasta la cintura.
No, decididamente no era yo.
-Lo siento, Max. Desde aquello ya no soy la misma - dije casi llorando. Varias cabezas se volvieron hacia nosotros, extrañadas algunas, y preocupadas otras.
-No pienses más en ello, ¿vale? No fue culpa tuya.
Max me abrazó fuertemente como si me fuera a derrumbar en cualquier momento.
-venga, ya ha pasado casi un mes entero desde aquello - replicó - Y en todo ese mes no has echo nada. Sales de clases, te vas para casa y no vuelves a salir hasta el día siguiente para volver otra vez al instituto.
-¡Qué más te da lo que yo haga o deje de hacer! No es lo mismo que te digan que ha muerto, como a ti, que verla allí, tirada, con los ojos abiertos por la sorpresa y la sangre saliendo sin cesar de su corazón - me callé un momento - Su gran corazón. Era tan buena persona...
-Lo sé, lo sé, y lo siento mucho. ¡Pero también era una de mis mejores amigas!
Salimos del insti, que para mi era el escenario de lo más terrible que me había pasado nunca, y caminamos en silencio, pero rápidamente, hasta llegar a mi casa.
-Adiós y gracias por todo. Por cuidarme.
-De nada - se despidió el suspirando con cara triste.