Final infeliz (¡final!)

Me levanté del banco y me fui para casa sin dejarle ni siquiera responderme.

Al llegar a mi casa descubrí que mi madre no estaba. "Quizás sea mejor" pensé. Subí a mi habitación de forma calmada, y al cerrar la puerta afloraron todos los sentimientos que había guardado hasta ahora.

Ríos y ríos de lágrimas se deslizaron por mi rostro sin piedad mientras yo me derrumbaba al lado de la puerta. A penas me podía creer lo que me estaba pasando, mi vida era casi perfecta en estos momentos... Y ahora, todo estaba perdido.

La verdad, empezaba a pensar que tenía una maldición o algo así... Aún no sabía como le había podido hablar a Erik con tanta calma, cuando en realidad sentía todo lo contrario.

Después de llorar casi dos horas conseguí levantarme e ir hasta el baño. Me di una ducha mientras pensaba... "Cuando salga de aquí ya no seré la misma Aria a la que la vida ha maltratado tanto. Ahora seré dura y no me dejaré aplastar por nadie ni nada".

Me vestí mis ropas más oscuras, dejé que mi pelo secara al aire y me puse unas botas con tacón. Era totalmente contrario a mi estilo... Pero me gustaba.

Bajé a la cocina y observé extrañada que mi madre seguía sin regresar. Así que decidí salir a buscarla.

Justo cuando salía de casa pasaba Erik para la suya, y se quedó mirándome de forma sorprendida. Pero yo pasé con la cabeza alta sin decirle nada de nada.

Busqué por todo Moonville a mi madre mientras la gente se paraba a observarme cuando pasaba por su lado, pero yo, ni me inmutaba, porque ahora todo me daba igual.

Encontré a mi madre en el cementerio, llorando al lado de la tumba de mi abuela, su madre.

-Mamá, ¿qué haces aquí?

-Nada, hija, vámonos a casa.

No se inmutó al verme vestida de esa forma cuando me miró. Fuimos hasta casa y allí volví a mi cuarto...



Los días fueron pasando y mi vida seguía igual. Peor y mejor al mismo tiempo. Sentía que me faltaba algo para ser feliz, algo que no lograría nunca. Y cada vez que pensaba en Él una extraña sensación que no podía identificar me recorría el cuerpo.

Decidí dedicarme a los estudios y a mi madre... Y así mi vida siguió de una forma cruel para mi...

THE END